La revista The Economist ha destacado el impresionante crecimiento del mercado de arándanos en Perú, señalando cómo los agricultores han transformado la industria en apenas una década. El fenómeno, conocido como «Oro Azul», ha sido notable por su rapidez y éxito.
En solo diez años, Perú ha experimentado una notable transformación en el cultivo y exportación de arándanos. Los agricultores peruanos se inspiraron en el éxito de sus colegas chilenos, quienes obtuvieron grandes beneficios vendiendo arándanos fuera de temporada en Estados Unidos, donde los precios son altos. Siguiendo esta estrategia, los agricultores peruanos lograron resultados incluso mejores de lo que se esperaba.
En 2013, Perú generó aproximadamente 17 millones de dólares en exportaciones de arándanos. Para el año pasado, esta cifra se había disparado a 1.700 millones de dólares. En 2019, Perú se consolidó como el mayor exportador mundial de arándanos frescos, superando a sus competidores más cercanos en volumen de exportaciones.
La revolución azul del Perú en el cultivo de arándanos se basa en el uso de variedades de «bajo frío» que se adaptan bien a la costa peruana. Según The Economist, en 2022, una finca promedio de arándanos en Perú produjo casi el doble del rendimiento global promedio, que es de nueve toneladas por hectárea. Julio Zavala, de Fall Creek, un criador estadounidense de arándanos, estima que en Perú una nueva finca puede empezar a dar beneficios en solo dos años, frente a los cuatro años que suele tardar en otros países.
Originarios de América del Norte, los arándanos eran recolectados silvestremente antes de que su producción se masificara globalmente debido a su alta demanda. En Perú, la primera plantación registrada data de 2008 en Arequipa, con una siembra inicial de 10 hectáreas y 100,000 plantas, aunque muchas de estas primeras plantaciones fracasaron.
El cultivo de arándanos es particularmente delicado y requiere una preparación meticulosa del suelo, lo que puede determinar el éxito o fracaso de la plantación. The Economist resalta que los productores peruanos también han recibido beneficios de políticas que favorecen a la agricultura, como exenciones fiscales y grandes proyectos de irrigación que han permitido expandir las tierras cultivables a lo largo de la costa desértica del país.
Desde el año 2000 hasta 2023, las exportaciones agrícolas peruanas han crecido 16 veces, alcanzando los 10.500 millones de dólares anuales. Los arándanos siguen siendo, con diferencia, el cultivo más rentable en este contexto.
La alta demanda mundial de arándanos se debe a sus numerosos beneficios para la salud. ProArándanos, la asociación gremial peruana de exportación y comercialización de arándanos, señala que esta fruta es saludable y ayuda a reducir el estrés. Los arándanos contienen fibra, vitamina C, vitamina K y manganeso, todos esenciales para la salud del corazón, el sistema inmunológico y el metabolismo.
Certificados como beneficiosos para el corazón por el programa Heart-Check de la Asociación Americana del Corazón (AHA), los arándanos son ricos en antioxidantes y tienen un bajo contenido calórico, lo que los hace ideales para mantener un peso saludable y prevenir la degeneración celular, especialmente en la piel. También ayudan a combatir infecciones del tracto urinario y poseen propiedades antiinflamatorias, según Jorge Cabrera, biólogo del Instituto Nacional de Salud.
Aunque los arándanos pueden ser consumidos en preparaciones como postres, mermeladas y jugos, los expertos recomiendan comerlos frescos y bien lavados para aprovechar al máximo sus beneficios.
En Perú, la principal región productora de arándanos es La Libertad, que alberga el 46% de las plantaciones. Le siguen Lambayeque con el 29%, Ica con el 6.8%, Lima con el 6.7%, Áncash con el 6.4%, Piura con el 5.3% y Moquegua con el 0.4%. La mayoría de las exportaciones peruanas, alrededor del 85%, se realiza entre agosto y diciembre.
En 2023, Perú exportó arándanos a 44 mercados internacionales, con Estados Unidos siendo el principal destino, absorbiendo el 57% del volumen total. The Economist observa que los exportadores peruanos están apuntando al mercado chino, que aunque produce muchos arándanos, tiene un potencial de consumo aún mayor.
Además, Perú cuenta con más tierras disponibles para la producción de arándanos, siempre que se implementen los grandes proyectos de infraestructura necesarios para el riego. Sin embargo, la revista advierte sobre posibles desafíos futuros. Por ejemplo, el año pasado, condiciones meteorológicas extremas afectaron significativamente la producción de arándanos en Perú, aunque los ingresos por exportaciones continuaron creciendo debido al aumento de los precios globales.