Los incendios forestales en Perú, exacerbados por la sequía y la escasez de lluvias, han llevado al gobierno regional de Arequipa a proponer la «siembra de nubes» como una posible solución. Esta técnica busca inducir la lluvia artificialmente y se ha utilizado en varios países exitosamente.
El proyecto, que está siendo elaborado por la Gerencia Regional Ambiental, requiere un financiamiento de aproximadamente 500 mil dólares. Su objetivo es aumentar las precipitaciones en áreas afectadas y garantizar el suministro de agua para la población y sectores como la agricultura y la minería.
Fernando Mejía Vargas, gerente regional Ambiental, enfatizó la importancia de esta iniciativa para asegurar el acceso al agua durante períodos de sequía, lo que también contribuiría a la conservación de fuentes hídricas como nevados y volcanes.
La siembra de nubes implica la liberación de compuestos químicos, como el yoduro de plata, en las nubes para provocar precipitaciones. Esta técnica, que se originó en Estados Unidos en la década de 1950, ha demostrado ser experimental y sus resultados varían.
El yoduro de plata es un compuesto que, al entrar en contacto con las moléculas de agua en las nubes, facilita la condensación y, en consecuencia, la formación de lluvia. Existen dos métodos para su aplicación: mediante aviones que lanzan el químico desde el aire o utilizando cañones desde el suelo.
Sin embargo, la aplicación de esta técnica en Perú presenta desafíos. Según Diego Rodríguez Zimmermann, especialista del Senamhi, los resultados de la siembra de nubes no son concluyentes y dependen de condiciones atmosféricas específicas.
La efectividad del procedimiento es incierta, ya que no se puede controlar cómo se dispersan las nubes, lo que podría afectar áreas no deseadas. Además, las nubes deben ser del tipo adecuado, como los cúmulos nimbos, para que el método tenga éxito.
Rodríguez Zimmermann también destacó que los resultados de la siembra no son inmediatos. Puede requerir varias aplicaciones antes de observar un incremento significativo en las precipitaciones, lo que complica la planificación y los recursos necesarios.
El costo elevado de la técnica, que incluye la compra de yoduro de plata, combustible para aviones y personal técnico, añade más complejidad. Estos factores hacen que la siembra de nubes sea una solución poco viable como política pública para combatir incendios o sequías en Perú.
Por lo tanto, aunque la siembra de nubes podría ofrecer un alivio en situaciones críticas, su naturaleza experimental y los costos involucrados dificultan su implementación en el contexto peruano.
