En 2024, Perú logró cerrar el año con una tasa de inflación general de 1.97 %, un dato relevante destacado por la Cámara de Comercio de Lima (CCL). Este resultado refleja cómo el país logró mantenerse dentro del rango objetivo establecido por el Banco Central de Reserva, lo que resalta la estabilidad económica alcanzada a pesar de las presiones externas.
Lo más significativo de este logro es que el sector de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas experimentó una inflación anual de apenas 0.06 %, la más baja desde 2001, cuando se alcanzó una cifra de 0.16 %. Según la CCL, este resultado es un indicativo positivo para la economía peruana, especialmente al compararlo con otros países de la región, donde los índices inflacionarios fueron más elevados.
El informe técnico del INEI, publicado el 1° de enero de 2025, reveló cuáles fueron los productos con las mayores reducciones de precios en el país durante el 2024. Según el análisis, los aceites, hortalizas, tubérculos y huevos destacaron por sus descensos, los cuales fueron posibles gracias a una mayor oferta agropecuaria y a la estabilización en los costos de producción.
Entre los productos que presentaron las mayores reducciones, se encuentran el aceite vegetal envasado, cuyo precio bajó un 14.4 %, y varios productos agrícolas como el choclo (-42 %), el olluco (-35.9 %), el ají amarillo (-31.6 %) y la papa amarilla (-30.4 %). Además, otros productos como la zanahoria (-22.7 %), el poro (-21 %), la papa huayro (-19.9 %), la coliflor (-13 %) y el ají pimiento (-11.6 %) también vieron descensos importantes.
En la categoría de lácteos, se observó una disminución notable en los precios de los huevos de gallina, que bajaron un 17.7 %. Esta caída en los precios de los productos agropecuarios también estuvo relacionada con la reducción en los costos de insumos como el aceite de soya (-19.4 %), el trigo (-13.7 %) y el maíz (-2.3 %), que inciden en la producción de alimentos.
Sin embargo, a pesar de este control en la inflación, algunos productos experimentaron incrementos debido a factores climáticos adversos o un aumento en la demanda. Destacan el culantro, que subió un 56.3 %, el ajo molido con un aumento de 44.5 % y el ají rocoto molido con un 8.9 %. Otros productos también vieron incrementos notables, como la cocoa en polvo (39.6 %) y los productos achocolatados, que aumentaron un 12.8 %.
En cuanto a las bebidas no alcohólicas, se observó un incremento en productos como el agua mineral sin gas (5.6 %), las bebidas gaseosas (4.9 %) y las bebidas energizantes (3.6 %). Además, en el sector de pescados y mariscos, los precios del perico aumentaron un 51.4 %, seguido por el jurel (20.6 %) y la caballa (16.3 %).
El sector cárnico también experimentó aumentos, como el caso de la costilla de cerdo, que subió un 6.6 %. Los precios del pollo eviscerado y sus cortes registraron incrementos que oscilaron entre el 2.1 % y el 2.7 %, mientras que los cortes de vacuno aumentaron entre 1.7 % y 3 %. En cuanto a los productos panificados y cereales, se observó un aumento del 9.4 % en las galletas saladas, mientras que el arroz a granel subió un 6.4 % y la quinua entera aumentó un 5.1 %.
El comportamiento de la inflación en el sector de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas ha mostrado que, en años anteriores, los aumentos de precios fueron impulsados por factores globales. En 2008, por ejemplo, la inflación en este sector alcanzó un 9.66 %, debido a la subida de los precios de los commodities básicos por restricciones en la oferta global.
Otro año que evidenció altos índices de inflación fue 2022, cuando los precios de los alimentos se vieron afectados por las disrupciones en las cadenas de suministro a nivel global, junto con el aumento de los costos de energía como consecuencia del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, lo cual impactó los precios en diversas regiones del mundo.
Por otro lado, en periodos de inflación baja, como en 2017 y 2019, la estabilidad en los mercados internacionales de alimentos, sumada al control de la inflación en el país, contribuyó a mantener los precios dentro de niveles manejables. Esto se reflejó en una inflación contenida que favoreció a los consumidores peruanos.
En conclusión, el control de la inflación en 2024 ha sido un logro significativo para la economía peruana, destacándose principalmente en el sector de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas, que mostró una de las tasas más bajas en décadas. Sin embargo, el contexto global y los factores climáticos continúan teniendo un impacto relevante en algunos productos, lo que subraya la necesidad de mantener una política económica flexible ante posibles cambios internacionales.