La dedicación de Víctor Vargas Clemente por el cacao abarca más de treinta años. Sus investigaciones en el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) de Pucallpa han sido cruciales para elevar la calidad y productividad de este cultivo, transformando la vida de cientos de familias agricultoras en Ucayali, Huánuco y San Martín, que ahora prosperan como empresarios exitosos.
Al caminar por las plantaciones de cacao en Ucayali, Vargas Clemente siente un profundo vínculo con estas tierras. El aroma de la tierra húmeda y los cultivos, originarios de la Amazonía peruana, le confirma que está conectado con ellos y que sus esfuerzos están dando frutos.
“Recorrer las plantaciones me trae paz; tengo la sensación de seguir en sintonía con ellas, como si formáramos una amistad. Saben que las cuidamos y, a cambio, nos recompensan con sus cosechas”, expresa.
Su conexión con el cacao es profunda, y aunque no es muy expresivo, su discurso sobre sus investigaciones está lleno de matices e información valiosa. Su pasión por el cacao comenzó en la universidad, en la Universidad Nacional Agraria de la Selva, donde comprendió la importancia de esta planta, nativa de la región, y la necesidad de fomentar su cultivo.
Su curiosidad científica se desarrolló en la Estación Experimental Agraria del INIA en Pucallpa, donde ha estado trabajando desde 1993 en diversas líneas de investigación.
En este lugar, volcó su entusiasmo por esta planta, a la que consideró con gran potencial debido a su adaptabilidad al suelo y al clima, su capacidad de crecer hasta los 900 msnm y su naturaleza tropical.
Como investigador comprometido, este ingeniero agrónomo huancaíno enfoca sus esfuerzos en el cultivo del cacao, buscando transferir conocimientos a los agricultores para mejorar sus vidas.
Además, investiga tecnologías que promueven la sostenibilidad del cultivo, creando sistemas agroforestales que combinan el cacao con otras especies que crecen en la sombra, como plátano, yuca y maíz.
“El cacao prospera bajo la sombra de árboles más grandes. Ahora, se aprovechan mejor las áreas de cultivo, se siembra a tres metros de distancia, se mejora la poda y se aplican fertilizantes orgánicos. Integrar el cacao con otras plantas ha generado un impacto significativo, aumentando los ingresos de los agricultores”, explica.
Uno de los enfoques innovadores de su investigación es la clonación de cacao, que ha permitido mejorar la genética de la planta, haciéndola más resistente a plagas y de mejor calidad, beneficiando a muchas familias que han dejado atrás la pobreza.
En Ucayali, ya se cultiva cacao fino de aroma, muy apreciado en los mercados. Vargas Clemente recuerda a su padre, ingeniero forestal, quien le inculcó el amor por la agricultura y lo enseñó a cuidar animales en su infancia en el valle del Mantaro, Junín.
Su amor por el campo lo llevó a establecerse en Pucallpa, abandonando las frías lluvias serranas para adaptarse al clima tropical de la selva. La investigación del cacao sigue siendo su principal motivación.
“Los productores necesitan investigaciones que les ayuden a mejorar el rendimiento y manejo del cultivo. Lamentablemente, el Estado aún no prioriza la investigación agrícola, fundamental para el desarrollo del país”, concluyó.