La presidenta Dina Boluarte generó controversia con sus recientes declaraciones durante una ceremonia pública, al afirmar que “con 10 solcitos hacemos sopa, segundo y hasta postrecito”. Si bien en el universo de la jefa de Estado esta afirmación podría tener sentido, está lejos de reflejar la realidad que enfrentan muchos peruanos a diario.
La nutricionista Jessica Huamán, Coordinadora Nacional de la Plataforma de Seguridad Alimentaria, explicó que el aumento en los precios de la canasta básica de consumo ha sido significativo, pasando de 415 a 446 soles, lo que ha contribuido al aumento de la pobreza en el país. En paralelo, la canasta básica de alimentos también subió de 226 a 251 soles, dejando a cerca del 5.7% de la población peruana en situación de pobreza extrema. Esto implica que casi dos millones de peruanos no pueden cubrir siquiera lo más básico para alimentarse.
No es la primera vez que un alto funcionario hace comentarios insensibles respecto a la situación alimentaria del país. El ministro de Agricultura, Ángel Manero, también minimizó las alarmantes cifras de hambre presentadas por las Naciones Unidas, insinuando que quienes trabajan no pasan hambre. Este tipo de declaraciones solo aumenta la desconexión entre las autoridades y la realidad que viven muchos ciudadanos.
Además, la situación se vuelve aún más crítica cuando se considera el costo de una dieta saludable. Según la FAO, una dieta balanceada cuesta aproximadamente 15 soles diarios. Sin embargo, más de 11 millones de peruanos no pueden cubrir este gasto, lo que pone en riesgo su seguridad alimentaria. En este contexto, las autoridades deben ser responsables y evitar hacer parecer que la falta de acceso a una alimentación adecuada es algo normal.
La preocupación también se extiende a la ingesta de proteínas en los hogares peruanos. Un 35% de las familias consume carne menos de dos veces por semana, lo que expone a los niños de estos hogares a problemas de desnutrición crónica y enfermedades graves como la tuberculosis. Es crucial no normalizar esta deficiencia alimentaria, ya que representa una amenaza para la salud pública y el bienestar de la población.