La empresa AgroAndino Perú, fundada en 2006 por el alemán Reinhard Schedlbauer, ha logrado posicionarse como un referente en la producción de aguaymanto orgánico a escala comercial. Schedlbauer, actual gerente general, lideró la transición hacia el cultivo de aguaymanto (también conocido como uchuva) en Perú, enfocándose en la agricultura sostenible.
Schedlbauer compartió que su llegada desde Alemania tenía como objetivo desarrollar la economía local. Empezaron a trabajar con productores en los Andes y se enfocaron en el manejo y certificación orgánica del aguaymanto. En su quinto intento, en 2004, lograron la primera cosecha, con un ensayo inicial de 800 plantas. Esta cosecha se deshidrató debido a la falta de infraestructura en la zona y se envió a Alemania, donde despertó el interés de las empresas.
El fundador destacó que, a diferencia de otros países productores, Perú ofrece una variedad de aguaymanto con un sabor distintivo y más dulce. Desde mayo de 2023, AgroAndino Perú ha ajustado su modelo de negocio para centrarse en la exportación de aguaymanto fresco orgánico de primera calidad, mientras continúa utilizando la fruta de segunda calidad para productos deshidratados.
Actualmente, la empresa se encuentra en la región de Cajamarca, en el norte de los Andes peruanos, donde poseen 56 hectáreas de aguaymanto. Se espera que para octubre de 2024, esta superficie se expanda a 93 hectáreas, permitiendo cosechas durante todo el año.
Schedlbauer explicó que el proceso de certificación orgánica tomó dos años. Además de aguaymanto, la empresa ha iniciado el cultivo de arándanos, tanto en sus propios campos como en colaboración con productores locales. La empresa ya cuenta con la certificación Global GAP para 130 productores de aguaymanto y espera obtenerla para los arándanos en octubre.
En Alemania, los supermercados demandan verduras y frutas frescas orgánicas, lo que fortalece la posición de AgroAndino Perú en el mercado. Schedlbauer subrayó que, a diferencia de la explotación de áreas agrícolas, la empresa promueve la protección de los suelos mediante la agricultura regenerativa.
En cuanto a la producción, Schedlbauer mencionó que los agricultores en los Andes tradicionalmente cultivan entre octubre y diciembre, esperando las lluvias. Sin embargo, en 2024, la falta de lluvia entre enero y marzo resultó en un déficit de suministro, cumpliendo solo el 30% de los compromisos con clientes en Alemania durante el primer semestre. La situación mejoró en julio cuando comenzaron las cosechas en áreas con agua propia.
La empresa ha realizado siembras entre diciembre y abril en zonas con agua disponible, y ahora se enfoca en áreas que cuentan con riego durante todo el año. Esto permitirá a AgroAndino Perú ofrecer aguaymanto fresco durante todo el año. Para 2023, la empresa exportó aproximadamente 115 toneladas de fruta fresca. En 2024, esperan alcanzar 240 toneladas, y proyectan exportar 520 toneladas en 2025.
Schedlbauer indicó que no hay límite actual para la producción, con planes de alcanzar entre 1,200 y 1,500 toneladas anuales en los próximos años, no solo para Alemania, sino también explorando otros mercados. La apertura del mercado estadounidense está cerca, ya que el Senasa y APHIS de Estados Unidos trabajan en la aprobación de un protocolo sanitario. Se espera que la aprobación final llegue en septiembre.
Una vez que se obtenga la aprobación, la empresa planea exportar el 50% de su producción a Alemania y el 50% restante a Estados Unidos, facilitando la logística debido al menor tiempo de tránsito marítimo. En cuanto al mercado asiático, Schedlbauer considera que no es viable debido a la corta vida útil de la fruta, que es de cinco semanas desde la cosecha hasta la venta.
Uno de los desafíos principales para AgroAndino Perú ha sido la certificación Global GAP. Schedlbauer mencionó que en 2023 se tardaron seis meses en certificar a 28 productores, y en 2024, lograron certificar a 130 productores en solo cuatro meses. También destacó la necesidad de una mayor tecnificación en el manejo del cultivo, desde la preparación del suelo hasta la cosecha y postcosecha, implementando Escuelas de Campo para mejorar el conocimiento de los productores.
La empresa ha trabajado en reducir los tiempos de viaje para la exportación, encontrando una empresa marítima que demora 15 días en llegar a los Países Bajos. Además, han creado una mesa técnica para el reconocimiento del aguaymanto como cultivo y no como planta silvestre, y buscan que las semillas sean reconocidas con su propia denominación.
Enfrentando el cambio climático, AgroAndino Perú ha introducido prácticas de agricultura regenerativa, como labranza mínima, biocarbono, microorganismos y abonos verdes. Estas prácticas ayudan a construir humus, protegen los suelos, aumentan la disponibilidad de agua y mejoran la productividad.
Sobre el potencial del cultivo en los próximos años, Schedlbauer considera que el aguaymanto puede posicionarse entre los 15 principales productos agroexportadores de Perú, con Cajamarca como un ejemplo destacado. La planificación cuidadosa es crucial para mantener los precios estables y desarrollar el mercado orgánico.
Finalmente, Schedlbauer subrayó que el desarrollo futuro del cultivo dependerá de la planificación del mercado y de la respuesta a nuevos interesados en el sector. La empresa se mantendrá atenta a las oportunidades para expandir su producción y presencia en el mercado global.