En la zona de Piscacucho, ubicada en el área de amortiguamiento del parque arqueológico de Machu Picchu, en la región Cusco, se lleva a cabo un proyecto de reforestación que abarca al menos cinco hectáreas de terreno. Este esfuerzo está enfocado en la siembra de alrededor de cinco mil especies nativas, entre las cuales se encuentran el qolle, queña y chachacoma, entre otras. La iniciativa tiene como objetivo restaurar el ecosistema local y contribuir al cuidado del entorno natural de esta importante zona.
Las autoridades y los comuneros de Piscacucho, que fueron afectados por los incendios forestales durante la última sequía, se unieron para realizar las labores de reforestación. Armados con herramientas, se desplazaron a una cumbre situada entre los 2,800 y 3,200 metros sobre el nivel del mar, en la zona límite de los distritos de Ollantaytambo y Machu Picchu, en la provincia de Urubamba. Allí, sembraron las pequeñas plantas con la esperanza de recuperar las áreas dañadas por los siniestros.
Willy Incaroca Huamán, jefe del proyecto de forestación Canchis-Quispicanchi de la Gerencia de Recursos Naturales del Gobierno Regional del Cusco, explicó que las actividades de reforestación se realizan durante la temporada de lluvias, un período crucial para asegurar el crecimiento de las plantas. Además, destacó que se está aplicando fertilizante para favorecer la adaptación y supervivencia de las especies en el clima seco de la región.
El proyecto de reforestación no solo cuenta con el apoyo de las autoridades locales, sino también con la participación del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado Peruano (Sernanp), los comuneros de Piscacucho, y el sector privado. Más de 120 agencias de turismo se han sumado a esta causa, contribuyendo con recursos y apoyo logístico para garantizar el éxito del proceso de reforestación.
Josué Villanueva Tecsi, jefe del proyecto 4 Provincias, informó que esta actividad es parte de la campaña de forestación 2024-2025, que hasta la fecha ha logrado la plantación de más de dos millones de árboles. El objetivo para el período 2025-2026 es duplicar esta cifra, enfocándose en la recuperación de ecosistemas y áreas degradadas mediante la instalación de especies nativas que ayuden a restaurar la biodiversidad y a prevenir futuros desastres ecológicos.
