23 de febrero de 2025

Las agroexportaciones avanzan

Las agroexportaciones avanzan

El Perú sigue consolidándose como un actor clave en el comercio agroexportador mundial. Las cifras recientes del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) así lo demuestran: en el 2024, las ventas alcanzaron un récord histórico de 12,798 millones de dólares, reflejando un crecimiento del 21.4% en comparación con el año anterior. Este avance no solo ratifica el potencial del sector, sino que también subraya su importancia como motor de desarrollo económico y generador de empleo en el país.

“El éxito alcanzado hasta ahora es un testimonio del esfuerzo conjunto de agricultores, empresarios y el Estado, pero no debe llevarnos a la complacencia”.

Las agroexportaciones no tradicionales fueron el principal pilar de este crecimiento, con un valor de 11,567 millones de dólares, un incremento del 20.8% respecto al 2023. Entre los productos más demandados destacaron los arándanos frescos (2,270 millones de dólares), las uvas frescas (1,705 millones), las paltas (1,248 millones) y el cacao en grano crudo (740 millones). Por su parte, las exportaciones agrarias tradicionales sumaron 1,230 millones de dólares, lo que representó un notable incremento del 26.8% en comparación con el año anterior.

El impacto de este dinamismo trasciende las cifras y se traduce en oportunidades laborales para miles de peruanos. El sector agrícola emplea a más de cuatro millones de personas y su crecimiento implica más puestos de trabajo en el campo, mejoras en la infraestructura productiva y una mayor integración de pequeños y medianos agricultores al mercado global. Además, el acceso a más de 120 mercados internacionales confirma la capacidad del país para competir con productos de alta calidad en un escenario cada vez más exigente.

Un aspecto clave de este crecimiento es su impacto en la reducción de la pobreza rural. La expansión del sector agroexportador ha permitido la mejora de los ingresos de miles de familias, especialmente en zonas agrícolas donde el acceso a empleo formal y estable es limitado. La inversión en el agro genera un efecto multiplicador que impulsa la educación, la salud y el bienestar de las comunidades rurales, ayudando a cerrar brechas sociales y económicas. Es fundamental que los beneficios de este auge lleguen de manera equitativa a los pequeños productores y trabajadores agrícolas, asegurando un desarrollo más inclusivo.

No obstante, el desafío ahora radica en sostener este crecimiento en un contexto en el que factores como el cambio climático, la disponibilidad de agua y la volatilidad de los mercados internacionales pueden afectar la estabilidad del sector. Para ello es fundamental que el Estado y el sector privado trabajen de la mano en políticas que fortalezcan la innovación, la tecnificación del agro y el acceso a financiamiento para los pequeños productores. Asimismo, resulta imperativo consolidar acuerdos comerciales y garantizar condiciones óptimas para la exportación.

El éxito alcanzado hasta ahora es un testimonio del esfuerzo conjunto de agricultores, empresarios y el Estado, pero no debe llevarnos a la complacencia. El 2025 es un año clave para consolidar la posición del Perú como líder agroexportador y asegurar que los beneficios de este crecimiento lleguen a más peruanos. La meta no es solo vender más y llegar a más mercados, sino también garantizar un desarrollo sostenible y equitativo del sector agroindustrial.

El reto es grande, pero la capacidad y el potencial del agro peruano lo son aún más.

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