Lambayeque atraviesa una crisis profunda en su sector agroexportador, especialmente en la comercialización de su principal producto, el mango. A pesar de contar con una cosecha abundante este año, los agricultores reportan que menos del 10% de la producción ha logrado ser exportada debido a la falta de compradores y los bajos precios. Como consecuencia, una gran parte de los frutos se ha quedado en los campos, generando millonarias pérdidas para los productores.
Ante esta situación, los agricultores han decidido tomar medidas drásticas. Han anunciado que arrojarán 100 toneladas de mangos en la Panamericana Norte para llamar la atención del Gobierno y exigir soluciones urgentes. Esta protesta busca visibilizar la crisis que afecta al sector y pedir la intervención estatal para evitar mayores pérdidas.
Lambayeque, conocida como una de las principales regiones agroexportadoras de Perú, se enfrenta a un escenario complicado. En 2023, la floración de las plantas se vio afectada por el fenómeno Yaku, lo que redujo la producción. Sin embargo, este año, los agricultores se encuentran con una cosecha abundante, pero enfrentan la falta de mercados para comercializar el producto. Daniel Enriquez, representante de los agricultores, explicó que los precios bajos han agudizado aún más la crisis, con los mangos siendo vendidos a precios inferiores al costo de producción.
Los precios del mango de exportación no superan los 50 céntimos de sol por kilo, mientras que en el mercado local, el precio es aún más bajo, alcanzando solo 20 céntimos por kilo. Esta situación ha llevado a muchos productores a abandonar los cultivos, lo que podría traer consigo el riesgo de plagas como la mosca de la fruta, que afectó anteriormente las exportaciones de la región. Aunque los esfuerzos por controlar esta plaga continúan, el abandono de cultivos podría revertir los avances logrados.
Como respuesta a la falta de apoyo por parte del Gobierno, los agricultores han decidido llevar a cabo una protesta mediante el vertido de 100 toneladas de mangos en la Panamericana Norte. Esta medida busca presionar a las autoridades para que intervengan y compren los excedentes de producción, destinándolos a programas sociales como comedores populares. También exigen incentivos económicos para reducir los costos logísticos y de transporte, factores que complican la comercialización tanto a nivel nacional como internacional.
Hasta ahora, los agricultores aseguran que no han recibido respuestas concretas por parte de las autoridades, especialmente del Ministerio de Agricultura. Enriquez destacó que la falta de diálogo ha sido una constante, que solo cambia en épocas electorales, lo que ha dejado a los productores en una situación crítica, cargada de deudas y sin alternativas viables para solucionar el problema.
El impacto social y económico de la crisis del mango en Lambayeque es significativo. Muchos agricultores, ante la imposibilidad de comercializar su producción, han optado por regalar los mangos a sus vecinos o dejarlos en el campo. Este desperdicio de alimentos, en un mundo donde escasean los recursos, ha generado indignación entre los productores y la comunidad local.
El transporte también es un desafío económico importante. Enriquez mencionó que el costo de transportar 10 toneladas de mango desde Motupe a Ayacucho asciende a 7,000 soles, lo que hace casi imposible llevar el producto a otros mercados. Esta barrera económica ha provocado la acumulación de mangos en las chacras, agravando aún más la crisis.
Los agricultores siguen pidiendo la intervención del Estado para evitar que las pérdidas se conviertan en irreparables. Proponen que el Gobierno adquiera los excedentes de mango para destinarlos a programas sociales y así evitar el desperdicio de la producción. Sin embargo, la falta de diálogo y respuesta por parte de las autoridades ha llevado a los productores a tomar medidas extremas, como esta protesta, para que su situación sea escuchada.